Me han seleccionado como finalista al mejor libro de negocios en España de los premios “KnowSquare”, por el libro “La Nueva Gestión del Talento”. Es todo un reconocimiento, que agradezco a quienes me han seleccionado y a todas las personas que han dedicado alguna vez su tiempo para leer mis escritos. Un escritor lo es por los lectores y posiblemente este trabajo es de los que más me llenan como persona. ¡Mil gracias!

A veces me preguntan cómo se hace para escribir. Lo cierto es que no lo sé y hay escritores muchísimos mejores que sabrían dar una respuesta más precisa. No obstante, me atrevo a recoger algunas técnicas, que no consejos, que a mí me ayudan. Ahora bien, cada uno ha de buscar sus propios aliados.

  • Pasión. Siempre escribo sobre aquello que me encanta o en lo que creo. El motivo es simple: Si no te enamoras de lo que haces, tampoco puedes enamorar a nadie que te lea.
  • Alegría y velocidad: La vida está llena de demasiados estímulos como para que alguien te dedique unos minutos de su atención. Si yo no leería algo que he podido escribir, ¿cómo podría pretender que otra persona lo hiciera?
  • Un alien (agradable): Cuando “conectas con la voz”, como dicen los escritores de novela, no puedes parar de escribir. Sé que hay escritores profesionales que tienen un método que me encantaría tener. En mi caso no es así. NoMiedo lo escribí en cinco semanas después de investigar muchísimo durante años, pero durante aquellas semanas casi no dormí porque me despertaba con alguna idea. Por eso, no hay truco. Son horas, horas, horas, paciencia y superar la desesperación cuando se entra en agujeros.
  • “Renunciar a algún hijo”: Si algo no me gusta mucho, lo quito. Más vale la pena superar el apego que dejar algo que hace perder ritmo al texto (he llegado a tirar más de 100 páginas de un libro).
  • Hasta un niño pequeño: Los libros han de ser sencillos. Si una persona normal no entiende algo, el problema está en el escritor que no ha sabido trasladar bien la idea (por supuesto, hablo de management, no de otro tipo de publicaciones científicas).
  • ¿Brújula o mapa? Parece que hay dos tipos de autores: aquellos que tienen una brújula, es decir, una idea más o menos clara y luego van descubriendo temas; y los de mapa, que lo tienen mucho más medido a priori. No creo que ninguna opción sea mejor, simplemente está en el carácter.
  • Vértigo de la hoja (pantalla) en blanco: Casi todo el mundo lo tiene. En mi caso, me sirve escribir un texto previo para entrar en calor. Pero, vamos… es un vértigo habitual.
  • Testar el tema: Siempre me ayuda conversar sobre lo que escribo para que la gente me dé feedback. Héroes lo teste por twitter y LinkedIn y me fue de muchísima utilidad la amabilidad de las personas que contestaron unas breves preguntas.
  • Gustar a una persona importante: Es imposible gustar a todo el mundo, aunque a veces nos cueste. Por ello, le ha de gustar a uno mismo y a alguien que sea muy muy crítico e importante para uno. Yo tengo un buen amigo que es mi crítico más ácido y al que se lo agradezco.
  • Fecha límite: Un libro jamás acaba. Podríamos estar años. Por eso, tener una fecha límite de entrega es un gran favor aunque el estrés juegue en contra.