En estos días de vacaciones he aprovechado para leer algunos libros que había reservado. Y me han encantado los primeros que ha publicado la editorial Plataforma, creada por Jordi Nadal,mi editor de NoMiedo en Planeta y un querido amigo. He leído la novela “La vida ante sí”, que es realmente maravillosa; y dos ensayos, “Sonrisas de Bombay” de Jaume Sanllorente y “Pequeñas grandes cosas” de Albert Figueras, el cual me encanta y he regalado por Navidades (sobre él hablaré en otro post). Sonrisas de Bombay” es el testimonio personal de Jaume Sanllorente, un periodista de Barcelona que con veintipocos años se va de viaje de turismo a la India. Por distintos motivos (y una valentía increíble), entra en contacto con las clases repudiadas por la sociedad y conoce el drama de los niños indios cuyos padres les envían a prostíbulos o comercializan con ellos para pedir dinero a los turistas. Su vida cambia cuando un día conoce un orfanato con cuarenta niños que va a cerrar por escasez de fondos y ve que en la puerta hay un coche esperando pacientemente su cierre para tomar a los niños y llevarlos a un prostíbulo. Jaume decide evitarlo. Vuelve a España, monta la ONG “Sonrisas de Bombay” y regresa para comenzar una andadura que en pocos años ha conseguido gestionar el orfanato, dos escuelas y varios proyectos con pacientes de lepra, lo que significa ayudar a más de dos mil niños en Bombay y darles un futuro.

La historia es conmovedora al igual que la cara oculta de la India, la cual detalla y pone los pelos de punta. Con respecto a la pobreza, dice que en cada hombre y mujer hay un potencial enorme, sólo que a algunos nos dieron más oportunidades que a otros para desarrollar nuestro intelecto…Y qué razón tiene. Todos tenemos talento, pero necesitamos oportunidades para ello, tanto en las empresas como en la sociedad.

El libro me ha encantado porque me ha acercado a una realidad que desconocía y me ayudado a reflexionar en la valentía y en el sentido que algunas personas son capaces de dar a su vida y que les hace abandonar todo para entregarse a una causa en la que creen y sienten firmemente. Dicho camino sólo lo escogen unos pocos, pero creo que para la mayoría de las personas la búsqueda de sentido y de aportación a otros es igualmente importante, a otra escala y a otra dimensión. Y también creo que la satisfacción personal está muy cerca de estar en línea con ese sentido que cada uno escoge en su vida.