Las personas nos movemos por objetivos. Tanto es así que las empresas se devanan los sesos para definirlos claramente. Y dedicamos mucho tiempo a ello en nuestro trabajo y no siempre hacemos lo mismo en nuestra vida personal. Por ello, es interesante que ahora que comienza el año dediquemos un tiempo a escribirlos en un papel.

Existen distintas tradiciones que sugieren que hagamos dos columnas: una sobre lo que nos gustaría hacer para el año que viene tanto en nuestra vida profesional como personal y otra, la que nos gustaría que ocurriera y que no depende de nosotros directamente. Cuando escribimos los objetivos, reforzamos el compromiso, al menos con nosotros mismos. Y lo que también resulta interesante es revisarlos después. Este ejercicio llevo haciéndolo hace algunos años. Me ayuda a ordenar mis ideas y a hacer un balance del año anterior. Cuando después lo reviso, por supuesto no siempre he logrado todo como me hubiera gustado… pero al menos me ayuda a empezar.

Por cierto según elcastellano.org (me gusta mucho la suscripción de la palabra del día), al periodo de 365 días y cuarto, que corresponde a un giro de la Tierra alrededor del Sol, las comunidades prehistóricas indoeuropeas lo llamaron at-no, palabra que dio lugar en latín a annus y en las lenguas romances a año en español, an en francés, ano en portugués y anno en italiano, entre otras.

En fin, aprovecho este primer post de 2008 para desear un Feliz Año (giro de la Tierra) y en donde hayamos logrado (o al menos intentado) muchos de los objetivos que cada uno hayamos decidido.

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