«El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo» (proverbio chino)
Mientras el mundo busca el primer pacto global contra el cambio climático (COP21, París, 30 noviembre a 11 de diciembre), la pregunta que me viene una y otra vez es ¿qué puedo hacer yo? Como ciudadana de a pie, ¿qué puedo hacer?
La respuesta la he encontrado hace muy poco: dar 10.000 pasos cada día. La consecución de este reto no solo será buena para mí, sino también para el planeta. Recordemos el efecto mariposa: «El aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo» o «El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo». Pero pongamos el énfasis en la segunda frase, porque si no el tsunami lo tenemos encima.
Puede que te preguntes qué tiene que ver una cosa con la otra. Ahí voy. Caminar 10.000 pasos al día es el número mágico para lograr una buena salud, pero la media está en 5.000, lo que indica según los expertos una vida sedentaria. Aunque la regla de los 10.000 pasos nació en grupos de senderistas japoneses, la Asociación Americana de Corazón está totalmente de acuerdo con su eficacia.
Así pues, ¿qué podemos hacer para andar cada día 10.000 pasos? Caminar más, usar menos el coche, recurrir más al transporte público. La respuesta nos lleva al principio. Para cada día dar ese número de pasos, tendremos que hacer muchos desplazamientos a pie, es decir menos emisiones de CO2, es decir contribuiremos en nuestra pequeña medida a que haya menos gases efecto invernadero y, lo que es más importante, a sentirnos mejor con nosotros mismos. Si nuestro cuerpo está bien, nuestra mente irá mejor. Y si ayudamos al planeta, un doble beneficio.
¿Empezamos? Lo primero es hacerse con un podómetro y medir los pasos que das cada día. Si estás por debajo de los 5.000 preocúpate, tu vida es muy sedentaria. Y si no eres capaz de hacerlo por ti, ¡hazlo por los que te rodean!
¡Me voy a comprar uno! ¡Ah!, también apliquemos las famosas tres R: reciclar, reutilizar y reducir, sobre todo en estas fechas con la subida de fiebre consumista que a muchos nos atacará.
¡Feliz adviento!
