Estamos asistiendo a un momento de liderazgo único en la historia. No es fácil recordar una persona que hubiera convulsionado tanto al mundo, como lo ha hecho en estas últimas semanas el presidente de Ucrania, Zelenski. Los acontecimientos a los que se enfrentan son ingentes, aterradores. Solo un líder en mayúsculas es capaz de afrontarlos con la capacidad suficiente para despertar una resistencia feroz en Ucrania y un apoyo apasionado en gran parte del mundo. Tenía la posibilidad de huir, como muchos otros han optado ante determinados conflictos. Pero no lo ha hecho, lo que le ensalza a un nivel de liderazgo único. Y lo hace, además, desde un estilo diferente, un estilo marcado por la era postCOVID.

Solo un líder en mayúsculas es capaz de afrontar acontecimientos tan terribles con la capacidad suficiente para despertar una resistencia feroz en Ucrania y un apoyo apasionado en gran parte del mundo

El COVID voló el muro que separaba la vida personal y la profesional. En las múltiples reuniones que hemos tenido online, hemos conocido las casas de los otros, sus hijos, sus mascotas o todo aquello que le sucediera en esos momentos. La tecnología y la pandemia nos regaló cercanía, nos conectó con nuestra vulnerabilidad y lo más importante, nos arrancó muchas superficialidades. Nos ha enseñado a ser más auténticos. Y la autenticidad es otro gran rasgo del liderazgo postCOVID, que tan bien ejemplariza Zelenski en su comunicación.

La autenticidad es otro rasgo del liderazgo postCOVID, que tan bien ejemplariza Zelenski en su comunicación.

Antes de que comenzara el conflicto, el presidente de Ucrania aparecía con traje y corbata. Luego, se despojó de la corbata y más tarde del traje, para aparecer con una camiseta verde, de campaña. Dejó atrás los convencionalismos y se remangó para que la batalla también fuera su propia palabra y su lenguaje no verbal. De nuevo, autenticidad, sin tapujos, mostrando la realidad de lo que hay.

Su forma de transmitir tiene una increíble carga emocional. Son mensajes sencillos, cargados de humanidad y de sentimientos. No suenan a mensajes enlatados o escritos por otros. Pidió paz antes del principio de la guerra; ahora, reclama desesperadamente la ayuda internacional. Lo hace con contundencia, cercanía y sobre todo, lo hace de manera auténtica, con una cámara de su móvil, sin excesos. Ayer se viralizó un video suyo en una rueda de prensa con periodistas, en el que él mismo arrastraba su propia silla, como se ve en las imágenes. Esto es una anécdota para cualquier mortal, pero no para muchos políticos que apoyan su seguridad en la apariencia y en el poder.

¿Nació para ser líder? Apuntaba maneras de ser un tipo diferente cuando fue elegido máximo mandatario de Ucrania. Pidió que no colgaran su retrato en los edificios estatales, sino que cada cual pusiera las fotos de sus propios hijos. De esa manera, antes de tomar una decisión, tenían que tener en cuenta si era la más adecuada para sus vástagos y para el futuro del país. Podía haberse quedado en un gesto o en un acto de marketing, pero viendo los acontecimientos posteriores, fue un signo que apuntaba un estilo de liderazgo heroico y auténtico. Dudo mucho que se pudiera prever una talla como la que ha demostrado. Y dudo mucho que su enemigo lo llegara a suponer.

La vida nos ofrece oportunidades y solo quien tiene madera de líder tiene el coraje para aceptarlas y asumir sus desafíos.

Siempre he creído que el liderazgo se entrena, pero también la vida nos ofrece oportunidades. Solo quien tiene madera de líder tiene el coraje para aceptarlas y asumir sus desafíos. Como ha hecho el presidente Zelenski pagando un altísimo precio él y su familia. Pero un gran líder sabe que hay ocasiones en las que la dignidad y el deber hacia los otros tiene más peso que las posibles consecuencias personales, como me han enseñado muchos militares y policías con los que he tenido el placer de trabajar a lo largo de estos años. Ojala el estilo de liderazgo del presidente Zelenski sea una inspiración para muchos otros líderes y dirigentes en el mundo.

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