Imagínate que un buen día consigues ese sueño que se te resiste o superas una dificultad que ahora te parece un imposible. Puede ser desde lanzarte a ese proyecto que te da miedo, ir de una vez por todas al gimnasio o mandar al carajo una relación que te tiene frito o frita. Lo que tú desees. ¿Sería más fácil de conseguir si despertaras en ti una fuerza que hiciera que nada te frenara? La buena noticia es que esa fuerza interior existe. Es poderosa, inconformista, no repara en lo que otros piensan y potencia tus fortalezas para que alcances cosas increíbles. Esta fuerza es la de tu determinación.

Tener la determinación de hacer algo es mucho más enérgico que tomar una decisión o querer algo. Significa que nada te para o que te pones el mundo por montera si hiciera falta. Por eso, no es de extrañar que los líderes, que las personas que han logrado grandes objetivos o que tienen una capacidad extraordinaria de aprender tengan una fuerte determinación, según investigaciones de Harvard.

Como indica la etimología de la palabra, incluye tres conceptos (de-termin-acción): Orientación, hacia dónde queremos ir; terminar con una situación que no nos gusta y ponernos las pilas para conseguirlo. Nacemos determinados; pero nuestra educación, el miedo o la búsqueda de la seguridad nos anestesian. Pero podemos despertarla. Para ello, hemos de dejar de dar tantas vueltas a la cabeza y atrevernos a entrar en otros espacios más sutiles. Lugares aparentemente más “locos”, un tanto prohibidos, pero profundamente poderosos: el deseo genuino y la convicción.

La determinación es la fuerza que te permite conquistar sueños o afrontar situaciones difíciles. Es una fuerte decisión de continuar pase lo que pase, y que te ayuda a sentirte pleno con lo que realizas.

Cuando tenemos la determinación de hacer algo, sea lo que sea, nos hemos conectado con el deseo genuino de ser nosotros mismos. Cuando alguien encuentra su vocación, es capaz de luchar contra viento y marea para lograrlo, aunque no hace falta ser vocacional para conectar con el deseo genuino. Puede ser tener más tiempo para tu familia o querer ser emprendedor. Lo que sea, pero que sientas que vibra dentro de ti. A veces pensamos que saber qué queremos es una reflexión racional. Y no tiene por qué. Para identificarlo, existen métodos más intuitivos y menos complicados.

Que quieras algo mucho, mucho, no significa que vayas a conseguirlo. El deseo es el primer paso, pero necesita su pareja de baile: la convicción, es decir, buscarte la vida para conseguir tu sueño. En este apartado están todos los planes de acción, estrategias y pequeños trucos que puedes hacer para ser tenaz y para que el deseo no quede en castillos en el aire.

Determinación = Deseo genuino + convicción (y por este orden)

“¿Y si realmente pudieras? La fuerza de tu determinación” es mi sexto libro recientemente publicado. Trata sobre este tema tan apasionante y desconocido y sobre las seis fases que ayudan a despertar la determinación en nuestras vidas. Ha sido el resultado de años de investigación y confieso que es el libro que más me ha ayudado a tomar decisiones que personalmente se me resistían y con el que más me he divertido. En otros posts iremos ampliando algo más (ya que hasta para ser feliz hay que tomar la determinación de querer serlo) y si te parece de interés, abajo te dejo los enlaces donde poder conseguirlo.

La determinación te pone las pilas y te conecta con lo auténtico que hay en ti.

Puedes conseguirlo en tu librería habitual o por internet en:
Amazon versión papel
Amazon versión kindle
Apple Store

Fuente de la foto: Pixabay