barack_obamaEl gobierno de Obama impone que el salario de los directivos las empresas intervenidas por el Estado no sea superior a 500.000 dólares. En otras palabras, la Casa Blanca se niega a financiar el fracaso. Las diferencias salarias es uno de los aspectos más sangrantes cuando después se habla de trabajo en equipo y muchas otras «excelencias». Por ejemplo, esta medida afectará al Kenneth Lewis, Consejero Delegado de Bank of America, quien cobró el año pasado 20 millones de dólares (5,75 millones en fijo y el resto en acciones, opciones y otras retribuciones) o el de Capital One, cuyo salario fue de 73 millones. En términos generales, en Estados Unidos la diferencia salarial entre la persona que más cobra con la que menos en 1980 era de 40 veces; llegó a ser de 400 en 1990 y la cifra aumentó considerablemente en los años 2000. Por supuesto, que las diferencias han de existir: Ni todo el mundo contribuye del mismo modo, ni todos arriesgan de igual manera, pero diferencias tan tremendamente abultadas en mi opinión han sido unas de las causas de desequilibrar el sistema. Por algo dijo Platón en su libro La República que ningún hombre debía cobrar más de cinco veces de lo que cobraba el que menos.

Las críticas al sistema retributivo se comenzaron a escuchar tras el escándalo de Enron, cuando algo menos de 30 directivos ganaron todo el dinero que mueve la Bolsa de Madrid en día. Sin embargo, pasó el problema y siguió igual la situación. La medida de Obama es histórica y espero que con ella se introduzca un poco más de sentido común porque será bueno para el sistema y para lgrar el compromiso de todos… Al menos, hay que reconocer que la crisis tienen el aspecto positivo de producir reajustes que de otro modo no se harían.