Un día alguien te hace un comentario de ti y piensas: “No tienes ni idea de quién soy”. Puede que tengas razón… o puede que no.

La realidad es que todos tenemos áreas de nosotros que el resto desconoce, pero también ocurre al contrario. Los demás coinciden en algo de nuestra forma de ser y, sin embargo, no somos conscientes de ello. Por ejemplo, creemos que trabajamos muy bien en equipo y el resto de compañeros esperan más de nosotros. O pensamos que se nos da mal hablar en público porque nos ponemos muy nerviosos y nuestros colegas opinan que nos desenvolvemos a las mil maravillas. Pues bien, las diferentes percepciones suele ser un foco de problemas en las relaciones personales y profesionales, por eso, si mejorásemos en nuestro autoconocimiento, tendríamos mayor capacidad para reducir posibles conflictos con los que nos rodean. Para conseguirlo, dos profesores universitarios, Joseph Luft y Harry Ingham, diseñaron una herramienta que la bautizaron como la ventana de Johari, en honor a sus apellidos (que no a un lugar en la tierra con este nombre, como alguna ha escrito). Consta de dos ejes: el horizontal recoge lo que sé o lo que desconozco de mí mismo. Y en el vertical lo que los otros saben o desconocen de mí. De este modo, se crean los siguientes cuadrantes:

  • Área pública o “sé que lo sabes”: aquí se sitúan las experiencias y los datos que conoces tanto tú como las personas que te rodean. Son las zonas comunes. Por ejemplo, agradable, le gusta hacer bromas, analítico, reflexivo… o lo que sea, que tú también estés de acuerdo.
  • Área ciega o “no sé que lo sabes”: se refiere a la percepción que tienen los demás de ti mismo y de la que no siempre eres consciente, como la manera de hablar, de actuar o de interaccionar con el resto. De algún modo, es lo que se dice a la espalda sin que sea negativo necesariamente. Por ejemplo, las bromas que gasta no hacen demasiada gracia, aporta más al equipo de lo que él cree…
  • Área oculta o “sé que no lo sabes”: como indica la palabra es aquella parte de ti mismo que solo tú conoces y que no muestras en público por miedo a la reacción de terceros o a sus repercusiones. Puede ser una timidez que no se note y que se compensa con las bromas o una prepotencia que se intenta disimular con dosis de aparente humildad.
  • Área desconocida o “no sé y no lo sabes”: es el área que representa aquello de lo que ni tú ni tu entorno sois conscientes de ello. Se refiere a rasgos que desconoces hasta ese momento y que podrían ser un potencial por descubrir. Por ejemplo, una actitud valiente que de repente surge y que nunca antes se hubiera imaginado; o un deseo de alcanzar una posición jerárquica que ni la persona era consciente.

Pues bien, si deseas rellenar tu ventana de Johari necesitas algo crucial: feedback (y siento el anglicismo) de quienes te rodean tanto en el plano profesional como en el personal. Es importante escuchar y preguntar sobre qué opinan las personas de uno mismo. Lógicamente, cuando se hace el ejercicio, se requiere sinceridad y aguantar el tirón, ya que es difícil solicitar opiniones si se reacciona de manera poco amable. Cuanta más información se recoja, mejor. Después, se coloca en las distintas áreas y se valora cuál es la que más peso tiene (la desconocida es bastante difícil de acceder y esa solo surge a través de un proceso de reflexión profundo). Y lo más importante, cuanto más grande sea el área pública, más confianza, más autoconocimiento y mayor comunicación abierta existe. Por ello, si lo que deseamos es tener mejores relaciones personales en el trabajo o en nuestra vida privada, vale la pena reflexionar sobre si lo que mostramos es coherente con lo que los otros ven de nosotros mismos y hasta qué punto tenemos secretos ocultos que juegan o no a nuestro favor.